OLIVER’S MOUNT SCARBOROUGH
Que existe una manera diferente de ver el mundo de la competición en las islas británicas es de sobra conocido. Tourist Trophy, Ulster GP, Northwest 200, etc., son nombres que resuenan en nuestra cabeza como lugares insólitos donde el sentido de la competición se transforma. Los circuitos permanentes con sus protocolos de seguridad, lógicamente existen, pero aún hay lugares mágicos que mantienen el aroma de lo que fue competir en otros tiempos. La explicación de que sigan existiendo estas carreras en la actualidad, en mi humilde opinión, es debida al tremendo sentido de la tradición que tienen los británicos ya que, por poner el ejemplo de España, salvo el Gran Premio de La Bañeza , han desaparecido todas las carreras en circuitos urbanos que acompañaban a las fiestas de los pueblos, sobre todo en la zona de levante y dudo que sea por que no nos guste el riesgo, porque las fiestas populares siguen acompañadas de festejos taurinos en los que cualquiera puede retar a la muerte enfrentándose a un animal salvaje. Los británicos tienen asumido el riesgo como algo inexplicable, pero también como algo tradicional y profundamente honorable, de ahí su continuidad, preservando en el tiempo lo que fueron los inicios del motociclismo de competición.
Uno de los escenarios de las Road Races es el circuito de Oliver’s Mount, tiene una longitud de 2,43 millas , se encuentra situado en el Monte de Oliver en las inmediaciones de Scarborough (North Yorkshire - Reino Unido) y en él se llevan celebrando carreras de motos desde el año 1946 y ha sobrevivido a lo largo del tiempo gracias al apoyo de muchos Pilotos que lo consideran un lugar esencial para poner a punto máquinas y nervios de cara a la carrera de las carreras, el Tourist Trophy de la Isla de Man.
Geoff Duke, seis veces campeón del mundo de motociclismo y cinco veces ganador del TT, era un defensor a ultranza de esta pista, a la que calificaba como su favorita. Otros nombres que aparecen como auténticos hooligans de Oliver’s Mount son Mick Grant y Barry Sheene, quienes precisamente lucharon mano a mano por las victorias a finales de los sesenta y principios de los setenta. Phillip McCallen mantuvo el récord de vuelta durante 10 años, entre 1994 y 2004, a bordo de una Honda RC45 y tenía la siguiente opinión sobre el circuito: “Rodar en Oliver’s Mount o en la Isla de Man me resulta sencillo, alguien podría argumentar que estoy loco, pero yo me crié en las carreteras, además el circuito de Scarborough tiene horquillas, secciones en bajada, fuertes frenadas y algunos saltos, parece estar hecho para mi”.
Foto de Septiembre de 1953 de los ganadores en el Circuito de Oliver’s Mount, de izquierda a derecha, Fergus Anderson ganador en 350cc con Moto Guzzi, Jack Claxton alma máter del circuito y Geoff Duke ganador en 500cc con Gilera.
Barry Sheene gas a fondo jaleado por sus seguidores. Otra característica de este tipo de carreras, la cercanía entre el público y los Pilotos.
Las citas para 2012 son cuatro:
- Ian Watson Spring Cup Road Races (15 de Abril). Precisamente hoy se celebra.
- Barry Sheene Road Race Festival (24 de Junio).
- Cock o’ the North Continental Road Races (21 y 22 de Julio).
- Steve Henshaw International Gold Cup Road Races (15 y 16 de Septiembre).
Cada una de ellas tiene un sinfín de carreras de ahí que el Piloto con mayor número de victorias sea Ian Lougher con 131 victorias, (antes de comenzar la temporada 2012), le sigue Ryan Farquhar con 88 y Chris Palmer con 85. En la cuarta posición con 49 victorias está Guy Martín y quinto, el añorado David Jefferies con 29 primeros puestos, quien posee además un salto con su nombre.
Foto: Derek McIntyre (http://www.oliversmount.com)
David Jefferies en “su” salto.
El circuito de Oliver’s Mount al igual que el resto de Road Races posee esa magia inexplicable que la mística imprime a la competición. La lucha contra el crono o contra tus rivales, son dos elementos que se quedan cortos en estas carreras. La importancia suprema se encuentra en la concentración extrema, en estar verdaderamente al cien por cien, transformándose máquina y Piloto en un solo ser vivo, rodando al límite último, sobre el filo de la navaja, poniendo en juego algo más que un arrastrón o un hueso roto.
Cartel anunciador de la primera carrera celebrada en el circuito de Scarborough.
Una vuelta a Oliver’s Mount puede resultar no apta para cardiacos, carretera estrecha, bajadas con frenadas que dan escalofríos, rasantes a fondo, curvas muy rápidas y un terreno muy verde que da la falsa sensación de seguridad en caso de caída.
MCM
Fotos: http://www.oliversmount.com/
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