He de reconocer que tengo un defecto bastante
acentuado desde que recuerdo, es que la pasión en mí se va diluyendo. No hay
nada en esta vida que me apasione por tiempo ilimitado. Sobre todo cuando
recibes algún palo. Creo que es algo que nos pasa a todos en mayor o menor
medida. Eso no quiere decir que deje de amar a personas, animales, lugares o
cosas, si no que como la vida misma la pasión capaz de mover montañas a veces se
va diluyendo como un puñado de arena que intentas sujetar con el puño. Con las
road races me ha sucedido en un par de ocasiones, la primera vez fue cuando murió
David Jefferies. Aparté la atención de este mundo durante varios años, hasta
que un tal Abelardo Rendo puso ante mí de nuevo el caramelo con el documental
de MPH Mann. La segunda vez ha sido poco a poco y se ha debido a la pérdida
paulatina de varios pilotos que he sentido como propia. Estos pilotos formaban
parte de la savia que movía el vicio que corre por mis venas. Esta savia se ha
endurecido y sólo los Víctor López y Ortega consiguen diluirla a día de hoy. Aunque
con la pandemia por medio que creo nos ha hecho ver las cosas con algo de perspectiva,
he sentido un poco el gusanillo de nuevo. Hemos perdido muchos pilotos, por
desgracia esto es intrínseco en estas competiciones. Que en la próxima lista no
estén algunos nombres no quiere decir más que los que nombro los he sentido
como la pérdida de alguien querido, nada más. Asimilar tantas muertes no es
sencillo en absoluto y yo a veces he perdido la fe.
21 nov 2021
MIS HEROES CAÍDOS
14 nov 2021
Suscribirse a:
Entradas (Atom)