26 sept 2012

JARAMA VINTAGE FESTIVAL 2012

NIRVANA


El Nirvana es un estado donde el sufrimiento desaparece, un estado donde se produce el cese de la actividad corriente y se alcanza la liberación espiritual. Algo parecido debí experimentar el pasado fin de semana. Como Alicia al adentrarse en la guarida de conejos, al final del túnel que cruza la recta principal del glorioso Circuito del Jarama, que parecía más bien el acceso a un bunker nuclear, me estaba esperando Wonderland, un microplaneta plagado de maravillas. La primera media hora de estancia, sentí como mis pies despegaban del suelo, floté. Mis ojos no paraban de saltar de un lado a otro, tratando de coordinar una estrategia que permitiera a mi mente asimilar tanta información, una tarea costosa. Alcanzado el punto en el que la mente asimila, pude disfrutar intensamente la experiencia. El Jarama Vintage Festival es un evento bien pensado y bien organizado, una idea que permite a un aficionado de a pie como yo, acercarse a un mundo del que es devoto. Recomiendo absolutamente la visita a esta fantástica fiesta del motor, lástima que se celebre sólo una vez al año.



Espera, que esto lo arreglo con un soplidito.


Ángel Nieto estuvo algo esquivo, al menos mientras nosotros deambulamos por allí.


Joan Garriga disfrutó de esta belleza durante el año 86.


Esta preciosa Cagiva 500’88 de Randy tiene el inconfundible estilo de la primera Mito 125, de la que llegué a estar muy enamorado.


Eddie Lawson la convirtió en vencedora.


¡Canela fina! MV Agusta 350 de 6 cilindros.


No me gusta aparecer, pero es que estoy con Freddie. Aguantó el chaparrón a su alrededor como el campeonísimo que es. Le dije “Do you want a Dr Pepper?” y sorprendido me sonrió desapareciendo entre la marabunta.


Un sonido embriagador.


Además de la NSR 250’85 con la que se proclamo campeón, Spencer rodó también con esta NS 500.


Luca Cadalora estaba en Ímola, pero la NSR que le llevó a ganar su tercer campeonato del mundo, estuvo en el Jarama.


El reenvío del cambio de esta pequeña impidió a Cardús arrebatarle a Kocinski el mundial de 250 del 90.


Un dios en la tierra tan cercano que acojona.


Además de mi careto de capullo, salía de ojo el sugerente busto que presidía el stand de Phil Read, que por supuesto estaba en venta y que al parecer posee ciertos poderes capaces de convertirnos en sementales. ¿Será cierto? A Read la fama le precede y no parece que lo venda por que le año pasado estaba ahí.


Esta Yamaha YZR OW45 fue pilotada por el príncipe.


Yamaha YZR 500 OW81 con su precioso azul de Yamaha Motor Francia.


Christian Sarron, campeón del mundo de 250 en el 84, su palmarés no le hace justicia, estuvo en el cotarro en los años más impresionantes del mundial de 500.


Estos son los momentos maravillosos de eventos de este tipo, Champi comentando sus impresiones sobre la RG 500 de la que acaba de bajarse, mientras un Christian Sarron, muy en forma por cierto, parece explicar a su interlocutor el porqué de sus rozaduras en la cara. Al otro lado de la pequeña valla, los simples mortales flipamos por la fortuna de disfrutar ese instante.


Nuestro Champi derrocha simpatía.


El cuatro en cuadro al desnudo.


Los colores de un mito.


Kevin Schwantz le fue fiel a la RGV 500 Gamma durante todos los años que fue Piloto oficial de 500, esta fue su última montura.


Orgullo patrio después de tantas japonesas e italianas.


No sólo de pan vive el hombre.

Texto y fotos: MCM


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