1 dic 2013

EL SUCESO DEL TORNAMONA

UNA HISTORIA DEL TT


El otro día me vino al recuerdo una historia que sucedió cuando yo tenía nueve años. Lógicamente la descubrí mucho después, por que los más jóvenes debéis saber que esto de los móviles, el Internet, Facebook, y demás tecnologías que nos interconectan en tiempo real con cualquiera en cualquier sitio, son muy, pero que muy recientes. Antes una noticia te llegaba por medios más arcaicos, la prensa, la radio o la tele, pero claro una historia como la que te cuento, era una simple reseña o una mera anécdota de una o dos líneas. De todos modos, en este caso no te puedo asegurar que se mencionara o no entonces, ya que yo era un crío. La historia que te voy a contar sucedió en 1985, como salida del guión de una película con Irlanda del Norte de fondo. Pon tu mente en situación y comienza a imaginar a tres Pilotos del Ulster, Road Racers para más señas, sus nombres Brian, Robert y Joey. Los dos últimos eran hermanos. Sus apellidos Reid y…, efectivamente lo has adivinado Dunlop. Estos tres Pilotos decidieron resolver un problema que se les presentaba año tras año, ya que entre Irlanda del Norte y la Isla de Man existe un mar, el de Irlanda. Como imagino que sabrás, la Isla de Man es ese sitio donde una vez al año y durante quince días sucede un milagroso evento llamado Tourist Trophy.

La logística que suponía llegar hasta la Isla, con sus motos y acompañantes, suponía depender del horario y de la capacidad de un ferry que año tras año realizaba la travesía más y más lleno. A pesar de tratarse de los años oscuros del TT, el hechizo en el aficionado, ya entonces provocaba el éxodo del que todos queremos formar parte. Como te iba diciendo, tratando de depender lo menos posible del ferry, nuestros protagonistas aunaron esfuerzos y contrataron los servicios de un pesquero, el MFV Tornamona. Pensaron que el pesquero sería perfecto para que su empresa llegara a buen puerto. La idea era transportar las motos, cinco en total y a sus respectivos acompañantes, por lo que el barco fue acondicionado para la travesía que se suponía, sin novedad. Pero aquel año la meteorología en el Mar de Irlanda no quiso ponerles las cosas fáciles a nuestros protagonistas.

El 26 de Mayo de 1985, Brian, Robert y Joey junto con el resto de la tripulación, trece en total, zarparon con destino a la Isla de Man, pero poco rato después de comenzar la travesía y debido al estado de la mar, el pesquero golpeó con las rocas de la entrada al Lago Strangford, aún en Irlanda del Norte. Joey dio la voz de alarma al resto, pero las heridas abiertas por las rocas en el casco de madera eran mortales de necesidad y en unos minutos el barco se hundió junto con la valiosa mercancía que transportaba, las cinco motos con las que debían participar en el TT. Por suerte, la tripulación al completo fue rescatada sin novedad. Pero no creas que aquello acabó ahí, inmediatamente comenzó una operación de rescate para salvar las motos, junto con el resto de material de competición, la cual concluyó exitosamente. Este incidente hubiera provocado en la mente de cualquiera de nosotros un impacto psicológico importante, pero un Road Racer está hecho de otra pasta, y durante aquel TT cuando preguntaban a Joey sobre el tema, éste sonreía y se encogía de hombros restándole la menor importancia. Ese mismo año y después de lo sucedido Joey Dunlop consiguió su primer triplete en el TT, ganando en las categorías de Junior TT, Formula 1 TT y dejando su nombre en la historia de los mejores con su primer Senior TT. Hoy el Tornamona continúa descomponiéndose en aquel fondo del Lago Strangford, y se ha convertido en un pecio de visita obligada por los amantes del submarinismo de aquellos lares, mientras que los tres Pilotos que se encontraban en él en su último viaje, se convirtieron en leyendas del motociclismo, con 36 victorias en el TT entre los tres. Leyendas acostumbradas a rodar en el filo de la guadaña de la dama sin rostro, que un 26 de Mayo de 1985, sólo por un momento, le vieron la cara en un lugar en el que ni ellos, ni ella, estaban acostumbrados a cruzar su mirada.

Dedico este relato a Doriano Romboni y a Paul Walker, ambos fallecidos este triste fin de semana. Descansen en paz.
“If one day the speed kills me don’t cry because I was smiling” (Paul Walker 1973-2013)


MCM
Foto: BBC


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