De un
tiempo a esta parte se ha despertado en mí una pequeña vena sádica y quizá sea
por que de un tiempo a esta parte, casi lo único que me apetece visionar en
ficción sean historias donde hay zombies de por medio. Me siento feliz viendo
como los protagonistas se desmelenan reventando cabezas de las que salen
cerebros licuados de muertos vivientes. Como un niño pequeño viendo sus dibujos
animados favoritos me observo con cara de placer. El animal que llevo en mi
interior sueña con que quizá algún día, protagonice una historia similar, y mi
existencia dependa de mi capacidad para destrozar la cabeza de quien antes era
un humano. Cuando voy por la calle, voy pensando en que pasaría si en ese
preciso momento se activara la infección, y el barrendero soltara su escoba y
fuera a por mi sediento de mi carne aún con vida o esa señora de ahí delante
que lleva su carrito de la compra se abalanzara sobre mi mientras su dentadura
se desparrama por el suelo. Voy observando cuales podrían ser mis escapatorias
y que elemento de los que tengo a mi alrededor me permitiría calmar mi ira
fulminando la existencia de todo muerto viviente que se topara conmigo. Mi
manual de supervivencia a un apocalipsis zombie está plagado de post-it y
anotaciones. Y después claro está pienso en que gratificante sería salir de
caza con mi Café Racer en busca de conocidos que se hubieran transformado. ¡Qué
subidón! Mi mujer me dice que haga deporte y queme, que todo esto es por que
sin nicotina me sube el bestia. Debe tener razón. Pero imagínate a aquel
jefecillo payasete que tuviste hace años convertido en zombie, y a ti sobre tu
montura esperándole para enfriar tu ira. En mis sueños, bien podría ser mi
compañera esta Honda CB de Santiago Chopper. Por cierto la tienen en venta por
12.500 Dolares. ¿A que te va apeteciendo un sueño similar?
MCM
Fotos:
Santiago Chopper
No hay comentarios:
Publicar un comentario