STEEL BALLS
Aún
recuerdo la primera vez que ví rodar en circuito un sidecar. Fue en el Gran
Premio de España de Motociclismo celebrado en Jerez en 1991. Eran tiempos en
los que a pesar de su edad, Rolf Biland dominaba el cotarro en el Mundial,
mientras que un tal Dave Molyneux comenzaba a añadir victorias en el TT a su
palmarés. Han pasado muchos años de aquello, pero siempre podré decir con
orgullo que he visto rodar a los dos en vivo. Y es que, de parejas trata
este asunto. Un sidecar no es sólo una máquina que sorprendentemente puede
llegar a rodar en tiempos endiablados y que milagrosamente continúa en las
carreras a pesar de que no existe una aplicación plausible para su consumo
popular. Un sidecar es un medio sin igual para adentrarse en el mundo de la
competición en pareja, el Piloto confía en que su Copiloto se encuentra
colocado como debe para mantener la estabilidad del cacharro y el Copiloto
(Steel balls) confía en que su Piloto dejará espacio entre el side y el talud
de la siguiente curva. No es de extrañar que muchas parejas estén formadas por
hermanos o por marido y mujer, ya que la compenetración de ambos debe ser casi
total. Más aún en este escenario. Una manera de entender las carreras diferente pero
sin duda apasionante.
Ben y Tom Birchall
ganaron la segunda carrera de sidecars celebrada el Miércoles
¿Qué es eso que hay en
la toma de aire de sidecar ganador de la segunda carrera? ¡Hierba de un talud!
Y es que esta gente
apura al máximo la trazada
No bromeo
Lo mejor es
encomendarse a la buena suerte. El mejor The Lucky Manx Cat. Se de lo que
hablo.
Tym Reeves y Daniel
Sayle ganadores de la primera carrera de sidecars.
“Ride it like you stole it”
YES!
Pero,.. ¡Cuidado con la
policia!
Como en motos, en
sidecars hay dos tipos de equipos bien diferenciados, por un lado están los
profesionales…
… y los que superan las
dificultades a base de afición.
Llevo desde el domingo
poniendo a punto el side para mañana, creo que me he ganado una Guinness.
Qué bonito debe ser
hacerse un TT en familia.
Se mire por donde se
mire, un side es un verdadero artefacto.
La capacidad de estas
máquinas, que ni siquiera tienen una simetría mínima que les permita rodar en
línea recta con normalidad, para hacer las medias que hacen en el Mountain
Course, resulta cuando menos milagrosa.
Eso sí, todos los miman
con esmero.
¿Con quién mejor,
podríamos terminar esta entrada, que con Molyneux?
Texto y
Fotos: Manx Cat Motosport
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