LANZA EN ASTILLERO
Las motos
de Valtorón, con ese regusto artesano, transportan mi mente al Medievo. No
puedo evitar dejar volar mi imaginación y fantasear con una herrería… La escena
se proyecta clara en mi subconsciente… Ahí están, los hermanos Delgado junto a
su fragua, trabajando el metal. Estamos en tierras pertenecientes a la Corona de Castilla a
principios del siglo XIII, en una alquería cercana a Alcalá. Tierras que han
sido reconquistadas no hace mucho por Bernardo de Siderac ¿Qué están haciendo?
¡Ah! ya veo, están completando una personalísima e impresionante barda para el
corcel de un caballero forastero que batirá su nombre en el próximo torneo. En pocas
fechas, se celebrará un torneo para el entretenimiento del pueblo en una villa
en las proximidades del río Jarama. La competición forma parte de los fastos en
honor al nacimiento de una infanta de la corona, Doña Berenguela de Castilla,
hija del rey Alfonso VIII, El Noble. Los herreros han comprometido su palabra en
la fecha de entrega de su trabajo, con el misterioso caballero, del que corren
rumores acerca de su procedencia. Según se especula, el caballero en cuestión proviene
del reino de Aragón. Se ha oído decir, que es el hijo de Alfonso el Casto, rey
de Aragón, conde de Barcelona y gran aliado del rey de Castilla y ha sido
mandado por su padre para honrar tan magno acontecimiento. Por todos es sabido
el amor de Alfonso el Casto por Tarragona, y sobre todo del territorio de
Alfama, donde posee una casa en la que pasa largos períodos de reposo debidos a
un mal que sufre desde su juventud, la gota. Allí tiene unas caballerizas y su
hierro coincide con el del caballo que se encuentra en la cuadra de los
hermanos Delgado. El nombre del animal, Calafat. No deja duda, es el nombre de
una bella pradera de aquel territorio cuya falda llega al mar. Se trata de un
lugar donde el rey gusta de pasear a caballo. Los hermanos están limpiando la
armadura del cuadrúpedo, una vez terminada, cuando el enigmático caballero entra en la herrería acompañado de su ayudante. Ambos se encuentran
expectantes, por ver la barda con la que protegerán al preciado animal. El
caballero se presenta. Don Pedro se hace llamar. No hay más dudas, es el
primogénito del rey de Aragón. Los hermanos se miran temerosos y llenos de
responsabilidad, esperando que su obra sacie las expectativas de tan magno
cliente. Al salir del establo el animal con su nueva armadura tan bellamente
labrada, un destello de satisfacción inunda los ojos del caballero, quién rompe
sus aires regios para esputar un sonoro ¡De puta madre tíos!
MCM
Fotos:
Valtorón
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