21 oct 2013

VALTORÓN CALAFAT 900

LANZA EN ASTILLERO


Las motos de Valtorón, con ese regusto artesano, transportan mi mente al Medievo. No puedo evitar dejar volar mi imaginación y fantasear con una herrería… La escena se proyecta clara en mi subconsciente… Ahí están, los hermanos Delgado junto a su fragua, trabajando el metal. Estamos en tierras pertenecientes a la Corona de Castilla a principios del siglo XIII, en una alquería cercana a Alcalá. Tierras que han sido reconquistadas no hace mucho por Bernardo de Siderac ¿Qué están haciendo? ¡Ah! ya veo, están completando una personalísima e impresionante barda para el corcel de un caballero forastero que batirá su nombre en el próximo torneo. En pocas fechas, se celebrará un torneo para el entretenimiento del pueblo en una villa en las proximidades del río Jarama. La competición forma parte de los fastos en honor al nacimiento de una infanta de la corona, Doña Berenguela de Castilla, hija del rey Alfonso VIII, El Noble. Los herreros han comprometido su palabra en la fecha de entrega de su trabajo, con el misterioso caballero, del que corren rumores acerca de su procedencia. Según se especula, el caballero en cuestión proviene del reino de Aragón. Se ha oído decir, que es el hijo de Alfonso el Casto, rey de Aragón, conde de Barcelona y gran aliado del rey de Castilla y ha sido mandado por su padre para honrar tan magno acontecimiento. Por todos es sabido el amor de Alfonso el Casto por Tarragona, y sobre todo del territorio de Alfama, donde posee una casa en la que pasa largos períodos de reposo debidos a un mal que sufre desde su juventud, la gota. Allí tiene unas caballerizas y su hierro coincide con el del caballo que se encuentra en la cuadra de los hermanos Delgado. El nombre del animal, Calafat. No deja duda, es el nombre de una bella pradera de aquel territorio cuya falda llega al mar. Se trata de un lugar donde el rey gusta de pasear a caballo. Los hermanos están limpiando la armadura del cuadrúpedo, una vez terminada, cuando el enigmático caballero entra en la herrería acompañado de su ayudante. Ambos se encuentran expectantes, por ver la barda con la que protegerán al preciado animal. El caballero se presenta. Don Pedro se hace llamar. No hay más dudas, es el primogénito del rey de Aragón. Los hermanos se miran temerosos y llenos de responsabilidad, esperando que su obra sacie las expectativas de tan magno cliente. Al salir del establo el animal con su nueva armadura tan bellamente labrada, un destello de satisfacción inunda los ojos del caballero, quién rompe sus aires regios para esputar un sonoro ¡De puta madre tíos!






MCM
Fotos: Valtorón


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