Echar la
vista atrás para saber de donde viene uno nunca está de más. Hace cuatro
décadas, aquí, eso de motores con grandes cilindradas y varios cilindros,
cuatro tiempos, frenos de disco y nombres exóticos era para unos pocos
privilegiados contados con los dedos de una mano. Para lo que había aquí, era
para alguna moto Made In Spain con suerte trucada a 74 con un cilindro de
hierro, un 18 Dellorto, Amal si no fumabas y te sobraba un duro de vez en
cuando para algún capricho, y una corona con menos dientes que el abuelo. ¿Eso
de ir cuesta arriba? ¡Nada de nada! aquí se estilaba bajar a tumba abierta y
nada de negro asfalto. Lo que daba el grip a tus finas ruedas de carretilla
eran adoquines. De vez en cuando había que desmontar las zapatas para lijarlas
un poco y ganar en frenada. Para evitar una gripada un chorrito extra de Motul
en el depósito ¡Qué aroma! Y si el agarrón no era muy gordo, uno por el agujero
de la bujía. ¿La puesta a punto? Un soplidito al chiclé. Cualquier sitio era
válido para un buen pique. La cosa empezaba con una miradita cómplice con los
colegas y… a saco hasta el destino, que normalmente era el banco del parque
para ponerte ciego a pipas viendo pasar a las niñas… y a las motos de los
demás. ¡Pura vida! Café Racer Obsession rememoró hace algún tiempo, aquellos años
con esta Derbi Antorcha Olímpica de 1979, cafeteada con maestría, para el
deleite de los que vivieron aquellos años.
Moto: Café
Racer Obsession
Fotos: Pedro Mordt
Esta entrada
ilustró el Rude and Racer antes de desaparecer. Por desgracia pasa el tiempo y
CRO tampoco existe ya y el Vikingo dejó de enseñarme, también hace algunos años,
cómo se alimenta un Blog con sabiduría y elegancia.
Rude & Racer
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