Si tuvieras que adivinar quienes son los creadores de esta GP post-atómica, como la definen ellos mismos, seguramente no tardarías más de tres segundos en decirme Vibrazioni Art Design. Este taller de Ravenna, Italia tiene un sello de identidad profundamente acentuado. A partir de bidones de aceite de 200 litros usados fabrican, todo tipo de muebles, lámparas y motos, con un look que podríamos calificar como punk industrial futurista, donde predominan las formas angulosas y los colores vivos con los que las marcas petroleras nos meten el producto por los ojos. VAD no busca líneas perfectas ni un acabado impoluto, al revés si existen imperfecciones, roces y golpes en el metal, a la vista, mejor que mejor. Se consigue así una estética que nos hechiza hace décadas de aquellas motos de Kaneda y sus secuaces cuando iban a rivalizar con otras bandas en las nocturnas calles de Neotokio. Aunque por su nombre busca más bien que recordemos a Bender el irreverente, cuya IA le hacía desear matar a todos los humanos. Los humanos nos mataremos solitos. Pero lo triste de todo esto es que a esta Ducati 750SS del 2002, que pretende ser un vehículo futurista, quizá no le quede mucho futuro, menos aun si nuestros políticos acaban prohibiéndonos quemar combustibles fósiles, cosa cada vez más probable y cercana. Quizá también VAD necesite elegir otra materia prima para sus trabajos. La esperanza es un error.
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Rude & Racer
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