Ochenta y seis coches fabricó Pegaso en la década de los cincuenta del siglo pasado de la mano del ingeniero barcelonés Wifredo Ricart. Ochenta y seis piezas únicas, auténticas joyas de las que hay una treintena de las que se conoce su paradero actual, en mejor o peor condición y poquísimos, contados posiblemente con los dedos de una mano, en un estado completamente original. De todos ellos solo me he echado dos a la cara, un Saoutchik Berlineta y un Spider Serra ambos de 1955 y ambos expuestos en el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca. De Wifredo Ricart poco te puedo contar que no sepas ya. Antes de recalar en Pegaso, formó equipo con el mismísimo Enzo Ferrari en Alfa Romeo, siendo jefe de productos especiales y responsable de competición de la marca del quadrifoglio. Con la segunda guerra mundial, vuelve a España y es fichado por el INI para hacer renacer la semiextinta tras la guerra civil, industria del automóvil española, antes justo de volar a Estados Unidos para irse a trabajar con Studebaker, cosa que al final no hizo. Desde las antiguas instalaciones de Hispano Suiza, crea la división automovilística de la marca Pegaso y con ello el nacimiento de un mito que perdurará por siempre mientras existan amantes del mundo del motor.
Un
halo de orgullo me envuelve cuando veo un Pegaso en Internet, igual que cuando
aparecen en mi pantalla imágenes de Bultacos, JJ Cobas, Ossas, Derbis… Sueño
con tiempos pasados de una industria humilde y valiente capaz de plantar cara a
las grandes potencias viniendo de dónde venimos… Pero aquí al final todo lo
bueno que creamos se emputece y se va a tomar por culo. Por falta de apoyos,
por ir en el vagón de cola de los “países desarrollados”, porque la cantidad de
gilipollas envidiosos es relativamente alta en nuestra amada piel de toro… Algo
así pasó con Pegaso. De repente en plena efervescencia, en 1957 se cesa la
producción habiendo fabricado ochenta y seis coches completos y ciento
veinticinco carrocerías. Pero el hijoputismo no acabó aquí, coches sin
terminar, moldes, recambios, planos, archivos, etc… que hoy serían oro puro, se
vendieron como chatarra o simplemente fueron destruidos, como si se pretendiera
arrasar del recuerdo esta etapa gloriosa de la ingeniería española. Espero que
a los responsables de semejante aberración se los hayan comido ya los gusanos.
De
todos los Pegasos sin duda hay un par que por su diseño y rareza se convierten en
las referencias absolutas de la marca. Del primero de ellos se fabricó una
primera unidad con el objetivo de competir en las 24 horas de Lemans y después
una evolución. Ninguna de las dos existe hoy día, ya que acabaron desguazados.
Se trata del Pegaso Z102 Bisiluro BSS1 de 1953 y BSS2 de 1954. A este coche ya
le dedicaremos su propio espacio cuando llegue el momento. El Segundo de ellos
es nuestro protagonista, el Pegaso Z102 Cúpula, también conocido como “Rosa de
Té” y “El Dominicano”. Diseñado por el departamento de estilo de ENASA, de este
modelo se fabricaron también dos unidades, una primera en 1952 de color marfil
que se expuso en los salones del automóvil de Paris y Londres, que fue desguazada
finalmente y una segunda que aún hoy existe que fue presentada en el salón del
automóvil de Nueva York en el año 1953. Que este coche exista hoy día es
posible, gracias solamente a la pura y maldita suerte.
En
el salón de Nueva York de 1953, el presidente de la República Dominicana Rafael
Trujillo lo compra. Su número de chasis era el 01021500121. En aquel momento equipaba
un motor V8 de 2.500cc con compresor y válvulas refrigeradas por Sodio.
Alcanzaba 250CV a 6.800rpm y pesaba 1.300kg. Participa en la Panamericana del
año siguiente y exhibe la matrícula “Benefactor de la Patria Oficial nº1”. Aquí
recibe su primera modificación, ya que se le sustituye el motor por otro de 2.800cc
sin compresor. Tras el asesinato de Trujillo, el coche queda abandonado en una
base militar llamada San Diego. Alfonso Sobero, que fuera a posteriori uno de
sus propietarios descubrió que fue usado para jugar a las carreras por los
militares de la base. Gracias a Sobero sabemos que el coche fue después
adquirido por un mecánico de la base, un tal Ramón Froneta. Corría el año 1964.
En el tiempo que Froneta tuvo el coche ya adolecía de motor y lo que es peor,
sufrió un incendio en el habitáculo, que al parecer fue resuelto convirtiendo
el coche en descapotable, eliminando su sello de identidad, su famosa cúpula.
Como te he dicho antes, es un milagro que este coche exista. Froneta vende en
1968 el coche a un tal Noel Rigau de Puerto Rico. Rigau lo guarda unos años y
en 1973 se lo vende a E. A. Jurist de Nueva York, aviador veterano de la
segunda guerra mundial. Dos años después tras su implacable investigación
Alfonso Sobero consigue comprar su joya, estaba completamente destrozado. Corría
1979 cuando Sobero acomete la restauración completa del coche. Fabrican una
nueva cúpula, al igual que el techo. Se pinta en amarillo con los interiores en
rojo. Según el propio Alfonso, no consiguieron que el motor volviera a ir
redondo. Alfonso lo restauró en un taller de Denver, y esto le supuso un gran
problema ya que una vez terminado, cuando intentó llevárselo a México, su país natal,
no pudo. Al final tomó esa decisión equivocada que alguna vez tomamos en la
vida, lo vendió en una subasta de Arizona. Lo adquirió un tal Don Williams. Actualmente
y desde 2006 está en poder del Louwman Museum de La Haya. Allí durante una
década volvió a recibir un proceso de restauración, siendo presentado en
sociedad de nuevo en 2016, en el concurso de elegancia de Amelia Island en
Estados Unidos. Hoy día se puede ver en el propio museo.
Hay
muchos coches espectaculares, impresionantes, inmensamente bellos y está el
Pegaso Z102 Cúpula. Un coche de verdadera fantasía fabricado en el siglo pasado
en un país en los albores del desarrollo industrial plagado de genios
brillantes que suplían la falta de medios con inteligencia y capacidad, pero
también lleno de mediocres resentidos capaces de llegar a ese sitio donde
pueden pisar tus sueños. Me quedo con el orgullo de saber que aquí somos
capaces de crear maravillas y meto en el cubo un nuevo deseo, visitar el museo
Louwman para admirar en vivo el Pegaso Z102 Cúpula.
Links
de interés:
http://pegasos.webcindario.com/
http://pegasos.webcindario.com/galeria_enasa.php
https://www.pieldetoro.net/foros/2PegasoZ-102-01.php?ID=95
http://talleresillescas.com/historia-de-pegaso/
Fotos:
Rude & Racer
No hay comentarios:
Publicar un comentario