Elvis me
avisó hace algún tiempo vía Whatsapp: “Dani,
ya estamos en marcha, el primer finde de Mayo, la segunda quedada”.
Respondo: “¿El de Jerez?”; “Ostia tío ¿No jodas?”; “No te preocupes, este año estoy de protesta,
no voy a bajar, estaré con vosotros”; “¡De
puta madre!”. Guardo muy buen recuerdo de la primera quedada de Vespamigos
Plasencia, celebrada a finales del año pasado y me apetecía repetir. Realmente
soy un motero solitario. Disfruto más cuando ruedo sólo, sin nadie detrás ni
delante, que caliente mi ansia de velocidad y viceversa, porque además, mi ánimo
suele ir bastante caliente siempre. Me gusta rodar por mis tramos favoritos a
mi aire. Últimamente con algo de miedo, pero no a las carreteras ni a sus
moradores. Sé por donde voy y qué puedo encontrar. La amenaza viene del aire.
¡Sí, sí! El Pegasus es el que me pone nervioso. ¡Encima hay dos por ahí! ¡Qué
cabrones! Como te decía soy un solitario, pero como a todos de vez en cuando me
apetece hacer “pandillina”.
No tengo
Vespa, porque realmente a mi me tira “la chicha”, pero reconozco que tienen
cierto atractivo. Unas cuantas generaciones de moteros hemos superado la prueba
práctica del carné de conducir con una de ellas. Un artefacto que te destrozaba
la muñeca izquierda a base de malmeter las marchas con un embrague duro como
una piedra, un freno delantero testimonial y uno trasero de esos de o todo o
nada. De sus dotes dinámicas mejor no hablamos, pero esas carencias se
convierten en un aliciente más para los convertidos a su religión. De todas
maneras me gusta el hecho de formar parte de una quedada de vesperos con mi “Kuki”
y emular la escena de El Club de los Poetas Muertos, cuando alguien te pregunta:
“Señor Dalton, ¿no viene usted en Vespa?”,
“Ejerzo mi derecho a ir en moto deportiva”,… “Mejor llámelo por su nombre Señor
Dalton: nadar contra corriente”.
Como base
de operaciones de la quedada y con la inestimable colaboración del Ayuntamiento
de Plasencia, los Vespamigos eligieron la Torre Lucia y su plaza
recuperada para los placentinos hace un par de lustros. La Torre Lucia se usaba en la
antigüedad como faro. Se encendía en la parte superior una enorme hoguera, para
ser avistada por los caminantes. Al encontrarse en uno de los puntos más altos
de la ciudad, podía divisarse a gran distancia. Un lugar acertadísimo que
permitió a los foráneos visitar la muralla, accesible al igual que la propia
Torre Lucia, antes de salir a rodar por el centro urbano. Plasencia es una
población norteextremeña con ocho siglos de historia y es marco incomparable
para cualquier encuentro, sea en moto o no. Fundada bajo el lema, “Para agradar a dios y a los hombres”, por
el rey de Castilla Alfonso VIII en el año 1186, posee un patrimonio histórico y
artístico envidiable y además es puerta de entrada al Valle del Jerte, La Vera, el Valle del Alagón,
Valle de Ambroz, Tierras de Granadilla, Hurdes, Gata y Monfragüe. Si no lo
conoces, no te puedes imaginar cuanta belleza guarda el Norte de Extremadura.
Hablar de mi tierra me llena y no puedo ni quiero evitarlo.
Una vez
hechas las visitas de rigor, tomamos carretera rumbo a Piornal, por una de mis
carreteras favoritas. Ésta parte del cruce entre la EX203 y la CCV18 en dirección a Gargüera,
y continúa hasta Barrado, yo normalmente llego al cruce antes de Barrado, y me
lanzo como alma que lleva el diablo hacia Arroyomolinos de la Vera, por la EX213, mucha información estoy
dando, pero ¡ya que estamos! En una salida habitual de las mías en solitario,
de Arroyomolinos, volvería a buscar la
EX203, por la
CCV31, para volver hasta el cruce anterior y comenzar la
segunda vuelta. No he medido los kilómetros de este anillo, pero debe ser algo
mayor que Der Nürburgring y si te digo la verdad, tiene infinidad de atractivos,…
dejemos el tema que me voy excitando según escribo. Con la ruta diseñada por
los Vespamigos, continuamos hacia Barrado, para subir hasta el pueblo más alto
de Extremadura, Piornal. Allí hicimos la parada obligada en su mirador, que
permite divisar buena parte del Valle del Jerte. Desde ahí, comenzamos la
bajada a la carretera del Valle, no sin parar en otro lugar mágico en estas
fechas la Garganta
del Bonal.
Tanto el
otoño como la primavera son épocas perfectas para visitar el Valle del Jerte y
perderse por las cintas de asfalto menos transitadas. La paleta de colores que
nos tiene preparada la naturaleza es alucinante. Desde Valdastillas hasta
finalizar la bajada, los cerezos se mostraban rebosantes de su rojo fruto,
invitándome a una parada de “garulla” pero era tarde y aun quedaba la comida en
el Hotel Ciudad del Jerte. Una vez disfrutadas las viandas volvimos a la Torre Lucia para disfrutar de una
representación de vehículos clásicos, las pruebas de habilidad, entrega de regalos
y premios y un concierto. Mientras se iban sucediendo los actos de la tarde el
artista placentino Misterpiro realizó un mural con la Vespa como protagonista.
Otro de esos días que te reúnes con gentes que tienen las mismas inquietudes
que tú, que gozan de montar en moto y de convivir durante unas horas, de vez en
cuando, con sus iguales. Repetiremos mientras podamos con alegría. No sé si en
Vespa, me gusta demasiado nadar contra corriente.
Un buen puñado de
Vespas y Lambrettas lograron reunir los Vespamigos.
Cada máquina define a
la persona quién la maneja.
A vista de pájaro
podremos disfrutar del video de Letrabe.
Visita a la Catedral de Plasencia.
Yo “nadar” contra
corriente.
La Vespa es eminentemente urbanita.
Aunque es muy capaz de
defenderse en carretera.
El grupo en el mirador
de Piornal.
La Garganta del Bonal, otro enclave magnífico.
La gincana fue una
actividad muy divertida en la que más de uno, pudimos mostrar nuestras dotes y
habilidades.
Yo también “montar” en
Vespa, aunque sólo a veces y como siempre dando ejemplo (Sin casco)
Gran ambiente en la
tarde vespera. Carreras lentas.
Elvis se desvive por su quedada y un año más ha sido un éxito.
Misterpiro at work.
La tarde culminó con la
entrega de regalos por parte de la teniente de alcalde de Plasencia a los
representantes de los clubes asistentes.
Texto y
fotos: MCM
Enlace: Vespamigos Plasencia
Yo también soy de 'chicha', pero reconozco que me encantan las Vespas. Se ve que lo pasásteis de pm, avisame para la próxima! :)
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