13 may 2014

ENTRE VESPAS Y LAMBRETTAS

Elvis me avisó hace algún tiempo vía Whatsapp: “Dani, ya estamos en marcha, el primer finde de Mayo, la segunda quedada”. Respondo: “¿El de Jerez?”; “Ostia tío ¿No jodas?”; “No te preocupes, este año estoy de protesta, no voy a bajar, estaré con vosotros”; “¡De puta madre!”. Guardo muy buen recuerdo de la primera quedada de Vespamigos Plasencia, celebrada a finales del año pasado y me apetecía repetir. Realmente soy un motero solitario. Disfruto más cuando ruedo sólo, sin nadie detrás ni delante, que caliente mi ansia de velocidad y viceversa, porque además, mi ánimo suele ir bastante caliente siempre. Me gusta rodar por mis tramos favoritos a mi aire. Últimamente con algo de miedo, pero no a las carreteras ni a sus moradores. Sé por donde voy y qué puedo encontrar. La amenaza viene del aire. ¡Sí, sí! El Pegasus es el que me pone nervioso. ¡Encima hay dos por ahí! ¡Qué cabrones! Como te decía soy un solitario, pero como a todos de vez en cuando me apetece hacer “pandillina”.



No tengo Vespa, porque realmente a mi me tira “la chicha”, pero reconozco que tienen cierto atractivo. Unas cuantas generaciones de moteros hemos superado la prueba práctica del carné de conducir con una de ellas. Un artefacto que te destrozaba la muñeca izquierda a base de malmeter las marchas con un embrague duro como una piedra, un freno delantero testimonial y uno trasero de esos de o todo o nada. De sus dotes dinámicas mejor no hablamos, pero esas carencias se convierten en un aliciente más para los convertidos a su religión. De todas maneras me gusta el hecho de formar parte de una quedada de vesperos con mi “Kuki” y emular la escena de El Club de los Poetas Muertos, cuando alguien te pregunta: “Señor Dalton, ¿no viene usted en Vespa?”, “Ejerzo mi derecho a ir en moto deportiva”,… “Mejor llámelo por su nombre Señor Dalton: nadar contra corriente”.


Como base de operaciones de la quedada y con la inestimable colaboración del Ayuntamiento de Plasencia, los Vespamigos eligieron la Torre Lucia y su plaza recuperada para los placentinos hace un par de lustros. La Torre Lucia se usaba en la antigüedad como faro. Se encendía en la parte superior una enorme hoguera, para ser avistada por los caminantes. Al encontrarse en uno de los puntos más altos de la ciudad, podía divisarse a gran distancia. Un lugar acertadísimo que permitió a los foráneos visitar la muralla, accesible al igual que la propia Torre Lucia, antes de salir a rodar por el centro urbano. Plasencia es una población norteextremeña con ocho siglos de historia y es marco incomparable para cualquier encuentro, sea en moto o no. Fundada bajo el lema, “Para agradar a dios y a los hombres”, por el rey de Castilla Alfonso VIII en el año 1186, posee un patrimonio histórico y artístico envidiable y además es puerta de entrada al Valle del Jerte, La Vera, el Valle del Alagón, Valle de Ambroz, Tierras de Granadilla, Hurdes, Gata y Monfragüe. Si no lo conoces, no te puedes imaginar cuanta belleza guarda el Norte de Extremadura. Hablar de mi tierra me llena y no puedo ni quiero evitarlo.


Una vez hechas las visitas de rigor, tomamos carretera rumbo a Piornal, por una de mis carreteras favoritas. Ésta parte del cruce entre la EX203 y la CCV18 en dirección a Gargüera, y continúa hasta Barrado, yo normalmente llego al cruce antes de Barrado, y me lanzo como alma que lleva el diablo hacia Arroyomolinos de la Vera, por la EX213, mucha información estoy dando, pero ¡ya que estamos! En una salida habitual de las mías en solitario, de Arroyomolinos, volvería a buscar la EX203, por la CCV31, para volver hasta el cruce anterior y comenzar la segunda vuelta. No he medido los kilómetros de este anillo, pero debe ser algo mayor que Der Nürburgring y si te digo la verdad, tiene infinidad de atractivos,… dejemos el tema que me voy excitando según escribo. Con la ruta diseñada por los Vespamigos, continuamos hacia Barrado, para subir hasta el pueblo más alto de Extremadura, Piornal. Allí hicimos la parada obligada en su mirador, que permite divisar buena parte del Valle del Jerte. Desde ahí, comenzamos la bajada a la carretera del Valle, no sin parar en otro lugar mágico en estas fechas la Garganta del Bonal.


Tanto el otoño como la primavera son épocas perfectas para visitar el Valle del Jerte y perderse por las cintas de asfalto menos transitadas. La paleta de colores que nos tiene preparada la naturaleza es alucinante. Desde Valdastillas hasta finalizar la bajada, los cerezos se mostraban rebosantes de su rojo fruto, invitándome a una parada de “garulla” pero era tarde y aun quedaba la comida en el Hotel Ciudad del Jerte. Una vez disfrutadas las viandas volvimos a la Torre Lucia para disfrutar de una representación de vehículos clásicos, las pruebas de habilidad, entrega de regalos y premios y un concierto. Mientras se iban sucediendo los actos de la tarde el artista placentino Misterpiro realizó un mural con la Vespa como protagonista. Otro de esos días que te reúnes con gentes que tienen las mismas inquietudes que tú, que gozan de montar en moto y de convivir durante unas horas, de vez en cuando, con sus iguales. Repetiremos mientras podamos con alegría. No sé si en Vespa, me gusta demasiado nadar contra corriente.

Un buen puñado de Vespas y Lambrettas lograron reunir los Vespamigos.





Cada máquina define a la persona quién la maneja.

A vista de pájaro podremos disfrutar del video de Letrabe.

Visita a la Catedral de Plasencia.

Yo “nadar” contra corriente.

La Vespa es eminentemente urbanita.

Aunque es muy capaz de defenderse en carretera.

El grupo en el mirador de Piornal.





La Garganta del Bonal, otro enclave magnífico.




La gincana fue una actividad muy divertida en la que más de uno, pudimos mostrar nuestras dotes y habilidades.

Yo también “montar” en Vespa, aunque sólo a veces y como siempre dando ejemplo (Sin casco)

Gran ambiente en la tarde vespera. Carreras lentas.

Elvis se desvive por su quedada y un año más ha sido un éxito.

Misterpiro at work.

La tarde culminó con la entrega de regalos por parte de la teniente de alcalde de Plasencia a los representantes de los clubes asistentes.

Texto y fotos: MCM

2 comentarios:

  1. Yo también soy de 'chicha', pero reconozco que me encantan las Vespas. Se ve que lo pasásteis de pm, avisame para la próxima! :)

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